amantes
La noche y el día son amantes. La relación funciona porque
cada uno tiene sus espacios, definidos. Enlazan sus manos dos veces al día,
bien temprano, al amanecer y cuando el sol se inclina. La luna y el sol también son amantes, pero su unión es más
cercana. Comparten más momentos del día y la luz de uno es la fuente del otro.
La esperanza es hermana de la fe. La incomprensión es
hermana de la ira.
La arena es esposa del mar y su relación es mucho más sólida
que las anteriores
y el tiempo que juntos comparten es mayor que toda una
eternidad entera.
La lluvia es amante de la tierra. Un paraguas es un voyeur,
pero sus continuos intentos de evitar ese dulce lazo, han sido en vano hasta el
momento y así será durante el eterno tiempo. Las piedras son amantes de los ríos y se bañan y se lavan
entre si.
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