desvelo
de todas las horas
Todas
las horas, las tres, las cuatro y las cinco, reunidas a entera disposición del
sueño y la vigilia. Todos los espacios de la noche consagrados y despiertos. El
silencio del barrio, por fin! Apenas algún auto que pasa, sigiloso y delicado,
como esta fría noche de verano. Más fría que las anteriores y que las
venideras. Un avión pasa cansino. La tapa de una volqueta que cae. Antes un
bostezo, ahora la lucha entre dos fuerzas: una por dormir, la otra por
permanecer despierto.
Todas las horas, las cinco, las seis, las siete, las ocho y las nueve y
así sucesivamente, esperando el desanso eterno, o hasta el mediodia al menos.
Remolino de ideas, miedos, tareas para
el dia siguiente y recuerdos que giran en mi cabeza como un proyector de
diapositivas desquiciado y sin frenos. Todos los films que alguna vez vi, despeinados
y alborotados como espermas corriendo a lo loco, mezclados entre si,
despeinados y alborotados de nuevo, buscando un lugar entre el lente y la luz.
Luchando por la oportunidad de atención que alguna zona en mi cerebro pueda prestarles. ¡Cómo para dormir así!
Todas las horas reunidas en el reloj interno. Todos los sentidos en los
que viaja el viento reunidos en un mismo vuelo. Todas las letras dormidas
despiertan y brotan de nuevo. Toda la calma obtenida, se entrega al bajo precio
del desvelo.